lunes, 13 de noviembre de 2006

Fly Pan Am “N’Ecoutez Pas” [Constellation 31, 2004]

Dentro de un panorama musical en el que la mayor parte de las producciones de pop independiente están cubiertas con grupos de un enfoque directamente comercial, el sello Constellation ha dejado, y sigue dejando, su marca de transgresión, riesgo e innovación apostando por nuevas fórmulas e ideas. Es de sobra conocido que Canadá se ha configurado solidamente como la nacionalidad de la nueva vanguardia en el pop (a través de producciones aisladas y de difusión en muchos casos insuficiente), sobre todo a raíz de los trabajos asociados al post-rock realizados desde 1999 en adelante, y en el que se incluyen varios grupos desde Godspeed You Black Emperor! hasta los más comerciales Arcade Fire (si es que se puede intoducir este último en la etiqueta).

El caso de Fly Pan Am es distinto, en tanto se ha desmarcado con una propuesta vanguardista con un discurso propio difícilmente asociable a las formaciones actuales de su entorno, y en tanto ha sufrido una evolución creativa mucho más profunda y rica. El grupo, para los que no los conozcan, es uno de los proyectos paralelos del colectivo Godspeed You Black Emperor! Si bien en un principio tenía un estilo muy parecido a éste como se percibe en su primer disco homónimo (Fly Pan Am [Constellation 8]), el disco que nos ocupa nos muestra un grupo que no parece el mismo. De hecho con N’Ecoutez Pas [Constellation 31] Fly Pan Am ha conseguido una solvencia que no conocía. Puede que este cambio tenga relación con la ruptura amistosa de Roger Tellier-Craig con GYBE!, que ha supuesto un parón en el trabajo del colectivo canadiense, tras el polémico Yanqui U.X.O. [Constellation 24] para centrarse más en su trabajo con esta banda. En cualquier caso, el resultado ha sido el de un disco completamente inclasificable e irrepetible.

Con una unidad estilística pasmosa esta obra (de título terríblemente irónico “No escucheis”) fusiona prácticamente todas las ramas del rock/pop experimental desde Frank Zappa hasta My Bloody Valentine, encontrando en él semblanzas de los primeros discos de Pink Floyd, de los juegos pirotécnicos del kraut-rock (principalmente de Faust, aunque también se observan aspectos de Can o Neu!), de un lenguaje noise enfermizo propio de Sonic Youth, y de la profundidad y densidad sonora de la shoegaze en su conjunto. Musica concreta, samplers, guitarras saturadas hasta el extremo y secciones de electrónica experimental crean una atmósfera general que pasa por diversos estados de ánimo, incitando al oyente a entrar en un viaje lleno de altibajos, de momentos luminosos, de pesadillas, pasiones y neuras que se presenta terriblemente encriptado. Esto se consigue con una estructura endiablada, fruto de un proceso de posproducción muy denso, que se desarrolla a través de diversos temas con peso específico como “Brulez Suivant, Suivante!” que abre el LP, el arrollador y ya clásico “Autant Zig-Zag”, un rockero “Pas à Pas Step Until”, o el minimalista “Très Très “Retro””, separados por pequeñas piezas de música concreta y sampleado que hacen la función de puente entre éstos, todo ello rematado con una sección final de mayor solidez que constituyen los tres últimos temas (entre los que destaca el onírico “Vos Rêves Revers”) que van acelerando el disco hacia un final sin solución de continuidad que finaliza con la pregunta clave “Mais papa, c'est quoi le Fly Pan Am? - Oui papa ! C'est quoi ?” (“Pero papá, ¿qué es le Fly Pan Am?- ¡Si papa! ¿Qué es?)

Aunque esta duda, enunciada aquí por dos niñas, no tiene fácil respuesta, lo cierto es que, curiosamente estamos ante un disco que en la primera escucha resulta totalmente inconexo, pero que en audiciones sucesivas adquiere forma en la psique del oyente, abriéndole todo un horizonte de sentido que atrapa por su rotundidad y su carácter explícito. Además es un disco que no propone una visión única, sino que funciona a modo de collage sonoro pero a un tamaño mural, en el que la atención del oyente puede centrarse en diversos aspectos. En este sentido hay que decir que el juego tímbrico puede que sea lo más conseguido, ya que sus melodías repetitivas se decoran con una paleta de colores extraordinaria, obtenida por la propia base de la guitarras distorsionadas y por un samplaedo empleado brillantemente (en esto el caso más representativo es “Autant Zig-Zag”, el tercer tema, que sin duda funciona como pieza central del disco, en la recae el mayor juego de posibilidades creativas) Aún así no estamos en absoluto ante un disco anárquico, muy al contrario, tanto a nivel general como particular se intenta mantener una unidad, puede que no estilística, pero si conceptual.

Se ha llegado a considerar a este disco como dentro del post-rock, en esto prefiero no opinar ya que este término cada vez esta más vacío de contenido y presenta problemas cada vez más serios, pero esas son otras historias. Si es cierto que participa de muchos de los aspectos de este “estilo”, pero entiendo que su propuesta es demasiado arriesgada y amplia como para ser encasillada tan fácilmente. En definitiva se trata de un disco muy complejo no recomendable para oídos no iniciados en las exquisiteces y neuras del rock experimental, pero que reta a todo oyente a introducirse en su particular visión del ejercicio musical por la que estos dos últimos años no han pasado en absoluto factura, ya que ha dejado el listón muy alto a posibles sucesores. Una obra maestra indiscutible aunque poco difundida.







PD: Dato curioso. Amazon lo consideró el mejor disco del 2004.

Declaración de principios

En estos dias en Salamanca me ha surgido una mayor inquietud por escribir y dar a conocer, de la forma en que me sea posible, mis opiniones musicales con miras mayormente a poner en orden mis ideas al respecto de ciertos estilos, grupos, artistas y producciones; y no tanto a emitirlas de un modo formal. De ahí surgió la idea de este blog, una ventana que comunica internet con mis sórdidos pensamientos..., de ahí que no pretenda ser demasiado técnico salvo si me veo en la obligación. Lo quiero enfocar mayormente como un ejercico expriemental, y como tal todos ustedes, visitantes conocidos, desconocidos o reconocidos tienen total derecho a echar por tierra todo lo que aquí se escriba; de tal modo que pueda servir como foro para que ideas varias, sugerencias y comentarios confluyan, a la vez que se muestre como punto de encuentro de opiniones diversas.

Uno de los puntos esenciales en la estructura de este blog será el de comentar discos, a modo de pequeñas reseñas; aunque puede que caiga algún que otro artículo de carácter más global. En esto prefiero no pillarme los dedos con estructuras de ninguna clase ya que no tengo muy claros mis protocolos (que rimbombante suena esto) al respecto. Siempre serán, eso si sobre discos o grupos que me interesen especialmente por la razón que sea, aunque estoy abierto a sugerencias.

Esto último me obliga a hablar de mis intereses. Estos se centran (mi propio seudónimo lo indica) en el post-rock como corriente y en todas las formas que con el se relacionan, (principalmente el propio rock aunque más en su vena expermental, el pop actual, el jazz en algunas de su múltiples facetas, la música electrónica, etc.) ahondando y buscando siempre lo desconcertante y admirable del buen ejercico musical esté donde esté. No quiero aún así ser pretencioso, ya que soy el primero en darme cuenta de la particularidad y tendenciosidad de lo que pueda decir o escribir. Sólo quiero que aquí se muestren mis errores, mis virtudes, mis carencias y mis aciertos como un fondo del que sacar lo mejor y desechar, siempre que se pueda, lo peor.

En cuanto al nombre del blog, surgió de un regalo. Pero realmente creo que quien quiera unirse a esta pequeña empresa entrará en esa descripción, al menos yo me incluyo orgullosamente en ella. Por si acaso dejaré unas ideas, a modo de decálogo que nos caracterizan a los oídos inquietos:

Escuchar antes de hablar

No romper el silencio a menos que sea necesario.

Procurar siempre hacer el menor ruido posible.

Disfrutar del sonido se exprese como se exprese.

Estar abierto a nuevas fórmulas.

Gozar con la música dejando a un lado el raciocinio.

Tener los oídos abiertos y atentos.

Conocer los gustos musicales propios y ser crítico con ellos.

Investigar sin dejarse apabullar por la grandeza de la música.

Pararse una vez al día a escuchar por gusto, sin motivación alguna.


Puede que alguno se encuentre en algún punto o en varios a ser posible, ni siquiera yo poseo los diez, pero eso lo dejo para sus conciencias. En cualquier caso sean bienvenidos a este rincón apartado del mundanal ruido, y adentrense en él cuanto y como gusten.